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Marc Trayter i Vilagran, Abogado por vocación desde 2003 Girona 619 475 337 marc@advocatgirona.cat

Divorcio sin culpables

En el momento de una separación siempre hay quien busca el culpable. Incluso en nuestro lenguaje hablamos de que uno ha dejado al otro. Es decir, identificamos quien rompe una relación a pesar de saber que este dato a menudo es intrascendente.

Algunos ordenamientos jurídicos buscan en el procedimiento de Divorcio el cónyuge culpable, la realidad pero es que actualmente en España los motivos de la ruptura son intrascendentes jurídicamente. Es cierto que hace algunos años era necesario una causa que motivara el divorcio o la separación, pero desde el 2005 para divorciarse los únicos requisitos exigidos legalmente son que al menos uno de los dos cónyuges tenga la voluntad de divorciarse y que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio.

La realidad del procedimiento legal.

Ninguna de las medidas que judicialmente se adoptan en motivo de un divorcio dependen de quién es el culpable en la ruptura de la relación o quien ha provocado la crisis matrimonial. En un juicio no se entrará nunca en aspectos sentimentales o de infidelidades. Sí en cambio en la capacidad parental de cada uno, el tiempo dedicado al hogar y a los hijos con anterioridad al procedimiento de divorcio, la disponibilidad de cada uno en el cuidado de los hijos, los ingresos económicos, cuál es el patrimonio de cada cónyuge y como se ha formado… En definitiva, aspectos racionales que permitan decidir o resolver la custodia de los hijos o los efectos económicos derivados de la ruptura de la convivencia. No hay que olvidar que no existe ningún interés por parte de la administración de justicia en judicializar una crisis matrimonial y menos en identificar culpables.

Si las partes presentan un acuerdo satisfactorio para ambos, éste se tramitará de forma consensuada y el juzgado se limitará a comprobar que se respeten los derechos de los menores implicados. La forma que tiene el juzgado de hacerlo es revisando los acuerdos y comprobando que se establezcan medidas que regulan un sistema de guarda para los hijos y su sostenimiento. Sino existen hijos menores de edad, el divorcio se puede tramitar en una notaría.

El abogado no sólo debe tramitar un divorcio, debe prestar apoyo.

Es evidente que un divorcio nunca es un trámite más, frío o impersonal. El asesoramiento y defensa especializada en derecho de familia es muy importante, especialmente si a raíz de un divorcio o separación una persona sufre una caída en su nivel de vida, hay que tomar acuerdos patrimoniales o si el bienestar de los hijos en común está amenazado.

Se puede sentir mucha indefensión cuando existe un cónyuge vulnerable y el responsable de la ruptura es el otro. También existen casos donde el sentimiento de culpa acaba imponiendo unos acuerdos excesivamente lesivos para una sola de las partes.

Legalmente no nos ayudará buscar argumentos acusando o culpando al otro, sino que hay que asesorarse y aplicar los mecanismos legales que corrigen los desequilibrios económicos entre cónyuges, saber moverse por los terrenos de la negociación y gestionar el conflicto emocional con el máximo de entereza. En estos puntos es cuando aflora la especialización en derecho de familia de nuestro abogado, el cual inicialmente debe saber buscar formas de resolución extrajudiciales y, sólo si no es posible alcanzar un acuerdo, acudir a los tribunales con el máximo de argumentos.

Autor del artículo, Marc Trayter Vilagran. Abogado especializado en derecho de familia. Fotografía del post vía Flick.

Blog Abogado Girona

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